La caída de los procesos físicos y el despegue de la colaboración digital

Sin dudas la tecnología en el trabajo propicia una mayor satisfacción a los profesionales de la organización. Al margen del rendimiento que éstos tengan en su puesto, los miembros digitales son más positivos a la hora de valorar sus experiencias laborales. Además, están más motivados y con una visión más concordante con la de la empresa que los equipos menos digitales.

Por otro lado, la productividad se ve incrementada en un ambiente digital. El uso de las nuevas tecnologías propicia una resolución más rápida y efectiva de los problemas que surgen a lo largo de la jornada y mejora la comunicación entre los compañeros de trabajo.

Por otro lado una mayor conectividad en la empresa ayuda a las personas a ser más conscientes de las necesidades del mercado. El mundo se ha convertido en un lugar completamente tecnológico y gran parte de las cosas que hoy se hacen en el trabajo ocurren tras una pantalla. Por ello, favorecer la conectividad entre equipos de profesionales tendrá como consecuencia que ellos sean más conscientes de lo que el mercado demanda y de lo que ellos pueden hacer para satisfacer esa demanda.

La motivación no es únicamente un asunto interno. Las personas no pueden motivarse a sí mismo si no tienen estímulos externos que le ayuden a ello. Por eso, es importante mejorar la comunicación y el apoyo mutuo entre los diferentes trabajadores, y la digitalización del entorno laboral ayuda a estrechar esos lazos. Además, la simplificación, o incluso la automatización, del trabajo que conllevan las nuevas tecnologías ayuda a que los integrantes de la organización se vean como mejores trabajadores, lo que sub la auto valoración al ver que sus acciones tienen resultados positivos.

En relación con esto, el desarrollo de las habilidades laborales se ve potenciado en los ambientes más digitalizados. Cuanto más digitalizado esté el entorno laboral, más rápido adquirirán nuevas habilidades las personas que componen las empresas.